Buscando el norte, nos dirigimos hasta la capital de Laponia; residencia de Papá Noel y zona ártica con auroras boreales que surcan sus cielos.
Un largo y silencioso viaje
Tras coger un vuelo a Helsinki, capital de Finlandia, seguimos el camino hacia la estación para encaminarnos a Rovaniemi en el tren nocturno. Es la segunda vez que visito la capital, aunque sigo sin acostumbrarme al bullicio silencioso de sus calles principales.
El ambiente es silencioso y calmado por lo general, solo se escuchan las vÃas metálicas de estación en estación. Alrededor, solo hay oscuridad y únicamente se puede percibir a pocos metros los árboles que guÃan el camino, cubiertos de una delicada pero compacta capa de nieve. Nos vamos acercando a nuestro destino poco a poco, acomodándonos en nuestro sillón con 12 horas por delante.
Sin poder dormirme, iban pasando las horas de igual manera que las estaciones.
Blanco, madera y estrellas
A pocas horas de llegar a nuestro destino todos dormÃan y solo algunos ronquidos acompañaban el leve zarandeo del tren, rodeado de blanco, madera y estrellas.
Al bajar del Santa express me sorprendió el "frÃo ártico" de Rovaniemi; gélido y seco, se soporta muy bien con el abrigo adecuado. Quizás en mi mente es difÃcil superar los temporales que trae la Tramuntana a Llançà .
Todos los viajeros nos resguardamos en la estación mientras esperábamos transporte; Una fila de maletas trazaban el camino hasta que a pocos metros se congelaban las ruedas.
Apukka
Cogimos un Taxi hasta nuestro hotel, a 20 Kilómetros a las afueras de la ciudad frente a un lago helado rodeado de bosque. ParecÃa propio de una pelÃcula por su situación y la iluminación decorativa navideña.
Con cabañas de hielo, trineos y árboles alumbrados se respiraba Navidad. Cuidaban todos los detalles en un ambiente cálido y familiar; tu propio árbol decorado en la habitación, antorchas suecas rodeando el recinto junto a una parcela donde se resguardaban una docena de renos y ¡muchas luces!
Estaba amaneciendo mientras entrábamos en la recepción; como decoración principal en muchos lugares utilizan las pieles de reno e igual que sus astas. A pesar del sentimiento de pena que puede causar al principio por estos pequeños entrañables, en Laponia llevan siglos proveyéndose de ellos completamente. Tienen legislado su número máximo de población el cual controlan anualmente.
Tras dejar el equipaje y desayunar abundantemente decidimos dar el primer paseo por los alrededores; montar en los trineos y llegar hasta el lago completamente congelado. ¡No podÃamos contener las ganas de salir a explorar y disfrutar de una frÃa navidad Laponia!